lunes, 13 de diciembre de 2010



El Gobierno Nacional trazó un camino para comenzar a resolver los problemas de los vecinos de Soldati, problemas emergentes de la inexistente política habitacional del Jefe de Gobierno Porteño que en pocos días causó varias muertes.

Ante las irresponsables declaraciones xenófobas del Jefe de Gobierno de la Ciudad, “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante”, y de su gabinete de ministros, acusando a los ciudadanos del MERCOSUR del cual somos parte, de delincuentes y narcotraficantes, desconociendo la legislación vigente que nos compromete a todos los integrantes del MERCOSUR para con nuestros ciudadanos. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió disculpas públicas por Cadena Nacional a las colectividades afectadas por los dichos de “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante”, y reiteró su voluntad, así como lo había hecho el recordado ex presidente Néstor Kirchner, de no reprimir las protestas sociales, e instó a las partes a resolver el conflicto a través de las herramientas políticas, el dialogo en una mesa de negociación en la que intervienen todas las partes afectadas, donde el Gobierno Nacional hizo de mediador y de la cual “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante” se retiró.

Este conflicto fue resultado de las promesas del PRO, ya que en sus tres años de gestión no construyó viviendas sociales (como sí sucedió en el resto del país) y no implementó ningún tipo de política habitacional, favoreciendo estrepitosamente el déficit en esta y otras áreas. Vale aclarar que, legal y jurisdiccionalmente, sólo el Gobierno de la Ciudad puede realizar estas obras. La semana anterior “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante” comenzó su campaña electoral anunciando la entrega de títulos de propiedad de terrenos en villas como Piletones, la 20, la 1-11-14 y la 3, 6, 17, 19 y 21-24. Ahora entendemos porque los Diputados Enzo Pagani y Cristian Ritondo presentaron un proyecto en la Legislatura Porteña para reformar el Código de Planeamiento Urbano.

Los continuos pedidos del jefe de gobierno porteño reclamando represión policial se siguieron repitiendo por los medios de comunicación para ejercer violencia física, mental y mediática sin importarle la sangre, los heridos ni los muertos, demostrando una voluntad criminal al NO abrir una mesa de negociación impidiendo encontrar una solución pacífica al conflicto. Esto obligó a la presidenta a convocar a la Casa Rosada a organizaciones sociales, delegados de los vecinos que ocuparon el Parque Indoamericano y al gabinete porteño, junto con “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante”, para solucionar con política y mediante el dialogo los problemas de los vecinos. El Gobierno Nacional ofreció terrenos fiscales para la construcción de viviendas, pero el macrismo se negó una y otra vez a invertir fondos en una cuestión social que nunca tuvo interés en atender, dado que su concepción de gobierno nada tiene de inclusión social pero sí de negocios privados.

Es evidente que para “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante”, cualquier solución al conflicto de viviendas en la Ciudad de Buenos Aires debe llegar por el sector privado, y de ninguna manera deberá intervenir el Estado para llevar reparaciones a los más desprotegidos. Ese capricho de “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante”, puesto de manifiesto de manera cruel y constante, subrayado en este conflicto, deja al descubierto que no existe, para el rejuntado que gobierna hoy la ciudad y los supuestos opositores que votan todas sus medidas en la legislatura porteña, ninguna política que esté orientada ni a la urbanización de las villas de emergencia o su erradicación mediante la integración de estos vecinos a la ciudad, ni se contemplan los intereses de un enorme sector de la clase media, que lo voto, y a trabajadores y profesionales que no pueden acceder a los créditos hipotecarios que le permitirían tener vivienda propia, evidenciando la abismal diferencia que lo separa del gobierno Nacional y Popular de Cristina, que se esfuerza todos los días para cumplir con los derechos de todas las personas que deseen habitar el suelo argentino, tal como lo establece nuestra Constitución Nacional. Este grupo que hoy gobierna la ciudad en representación de los intereses de los negocios inmobiliarios ve en la abandonada zona sur una mina de oro. Para el sur crecerá Buenos Aires en este siglo XXI ya que la abarrotada zona norte no tiene espacio físico para albergar dicho crecimiento.

La falta de política habitacional dispara también el negocio inmobiliario de construcción de viviendas de lujo, caso edificio Quartier en San Telmo, eleva el monto de los alquileres y los requisitos de ingreso a las pocas casas y departamentos que se ofrecen, expulsando a los vecinos de sus barrios, creando proyectos tales como el Plan Prioridad Peatón y las bici-sendas que tienen como única función distraer la atención de los negocios inmobiliarios de los amigos del macrismo.

Los habitantes de la Ciudad votaron por una opción de gobierno que se autoproclamó “la nueva política”, que decía contar con los equipos de gestión para solucionar los problemas de los porteños.

Nada de eso cumplió “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante” en sus tres años de gobierno.

Esta y las tantas operaciones de desgaste que sufrió la Compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner desde el comienzo de su gestión, son una cortina de humo para tapar la deuda social, entre otras, que sigue aumentando en la capital. Los verdaderos intereses que representa “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante” se ocultan bajo la supuesta inoperancia de quien comanda la gestión de la Ciudad hasta el 2011, y sus socios políticos de la supuesta oposición, que amparan con sus votos los negociados como fue la venta de los terrenos de Catalinas Norte y otras propiedades de la ciudad, la intención de desguasar el Borda, el Moyano y el Tobar García entre otros, tomar créditos millonarios a tasa de usura en el exterior, que vaciaran las arcas del tesoro de la ciudad hipotecando el futuro de todos los vecinos, el reiterado uso de viejas prácticas del punterismo, de un ejercito de matones, barrabravas y patotas oscilantes entre el duhaldismo y el pro, y el recurrente pedido de represión policial son las alternativas que “Mauricio, que es Macri, hijo de inmigrante” elige para “gestionar” una ciudad “for export”, sin alma ni identidad y sin vecinos pobres.


La ministra de Desarrollo Social de la Nación dijo anoche que se llevaban censadas casi 500 familias, casi la mitad de las que se encuentran adentro del parque Indoamericano, y que antes de medianoche recibiría nuevas fichas, por lo que estimó que a la madrugada estaría la información completa.



La Cámpora

San Telmo, La Boca, Constitución

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