lunes, 25 de febrero de 2013

Flaco querido, hijo de la tierra, marcaste nuestras vidas y caminos

...Son las 7 am de este 25 de enero de 2013, en un mes festejaremos el nacimiento del loco que nos llamo a la política de nuevo, que nos devolvió los valores y la ética, los sueños y las verdades, ejecutó la supremacía moral de las obligaciones sobre los derechos!, el hombre de la tierra, otro hij@ como Cristina del pueblo del sol, Es hora de los Hombres y mujeres de Templanza Suramericana! porque el Kirchnerismo es la universalizaron del Peronismo!

Que la rebeldía nunca deje de besarnos en los labios!!


domingo, 24 de febrero de 2013

Decálogo del trabajador cumple 66 años

Decálogo del trabajador
Proclamada por el General Perón en Buenos Aires el 24 de febrero de 1947. Promulgada por el P.E.N. el 7 de marzo de 1947 por decreto numero 4865. El original de este documento contine la declaración de los derechos del trabajador, el cual fue entregado en custodia por el general Perón, en el acto de su proclamación al Secretario General de la Confederación General del trabajo C.G.T de la Republica Argentina.

Preámbulo: El presidente de la Nación Argentina haciéndose interprete de los anhelos de Justicia Social que alientan los pueblos y teniendo en cuenta que los derechos derivados del trabajo, al igual que las libertades individuales, constituyen atributos naturales inalienables e imprescriptibles de la personalidad humana, cuyo desconocimiento o agravio es causa de antagonismos, luchas y malestares sociales considera necesario y oportuno enunciarlos mediante una declaración expresa, a fin de que en el presente y en el futuro sirva de norma para orientar la acción de los individuos y los poderes públicos dirigido a elevar la cultura social, dignificar el trabajo y humanizar el capital como la mejor forma de establecer el equilibrio entre las fuerzas concurrentes de la economía y afianzar en un nuevo ordenamiento jurídico los principios que inspiran la legislación social. Por ello y de acuerdo con estos propósitos y fines formula solemnemente la siguiente

DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR

1) Derecho a trabajar: el trabajo es el medio indispensable para satisfacer las necesidades materiales y espirituales del individuo y la comunidad, la causa de todas las conquistas de la civilización y el fundamento de la posteridad general, de ahí que, el derecho a trabajar, debe ser protegido por la sociedad considerándolo con la dignidad que merece y proveyendo ocupación a quien la necesite.
2) Derecho a la retribución justa: Siendo la riquesa la renta y el interes del capital frutos exclusivos del trabajo humano, la comunidad debe organizar y reactivar las fuentes de produccion en forma de posibilitar y garantizar al trabajador un retribucion moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y el esfuerzo realizado.

3) Derecho a la capacitación. El mejoramiento de la condición humanana y la preeminencia de los valores del espíritu, imponen la necesidad de propiciar la elevación de la cultura y la aptitud profesional, procurando que todas las inteligencias puedan orientarse hacia todas las direcciones del conocimiento, e incumbe a la sociedad estimular el esfuerzo individual proporcionando los medios para que, en igualdad de oportunidades, todo individuo pueda ejecutar el derecho a aprender y perfeccionarse.

4) Derecho a las condiciones dignas de trabajo.
La consideración debida al ser humano, la importancia que el trabajo reviste como función social y respeto reciproco entre los factores concurrentes de la producción, consagran el derecho de los individuos a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo de su actividad y la obligación de la sociedad de velar por la estricta observancia de los preceptos que las instruyen y reglamentan.
5) Derecho a la preservación de la salud. El cuidado a la salud física y moral de los individuos debe ser una preocupación primordial y constante de la sociedad a la que corresponde velar para que el régimen del trabajo reúna los requisitos adecuados de higiene y seguridad no exceda las posibilidades normales del esfuerzo y posibilite la debida oportunidad de la recuperación por el reposo.

6) Derecho al bienestar. El derecho de los trabajadores al bienestar, cuya expresión mínima se concreta en la posibilidad de disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuada y satisfacer sin angustias sus necesidades y la de su familia en forma que le permita trabajar con satisfacción, descansar libre de preocupaciones y gozar mesuradamente de expansiones espirituales y materiales, impone la necesidad social de elevar el nivel de vida y de trabajo con los recursos directos e indirectos que permita el desenvolvimiento económico.

7) Derecho a la seguridad social. El derecho de los individuos a ser a ser
amparados, en los casos de disminución, suspensión o perdida de su capacidad para el trabajo, promueve la obligación de la sociedad de tomar unilateralmente a su cargo las prestaciones correspondientes o de promover regímenes de ayuda mutua obligatoria destinados, unos y otros, a cubrir complementar las insuficiencias o inaptitudes propias de ciertos periodos de la vida o las que resulten de infortunios provenientes de riesgos eventuales.

8) Derecho a la protección de su familia. La protección de la familia responde al natural designio del individuo, desde que en ella genera sus mas elevados sentimientos afectivos y todo empeño tiende a su bienestar esto debe ser estimulado y favorecido por la comunidad como el medio mas indicado de propender al mejoramiento del genero humano y a la consolidación de principios espirituales y morales que constituyen la esencia de la convivencia social.

9) Derecho al mejoramiento económico. La capacidad productora y el empeño de usurpación hallan un natural incentivo en las posibilidades de mejoramiento económico, por lo que la sociedad debe apoyar y favorecer las iniciativas de los individuos tendientes a ese fin y estimular la formación y utilización de capitales en cuanto constituyan elementos activos de la producción y contribuyan la prosperidad general.

10) Derecho a la defensa de los intereses profesionales. El derecho de agremiarse libremente y de participar en otras actividades licitas tendientes
a la defensa de los intereses profesionales, constituyen atribuciones esenciales de los trabajadores que la sociedad debe respetar y proteger, asegurar su libre ejercicio y reprimiendo todo acto que pueda dificultarlo o impedirlo.


jueves, 14 de febrero de 2013

Nos hacen falta todas las manos para cambiar el mundo




Más inclusión electoral: derecho a voto desde los 16 años

La Presidenta de la Nación, Cristina Fernandez de Kirchner, firmó el Decreto N° 2106/2012 que promulga la Ley N° 26.774 de Ciudadanía Argentina, por la que se amplían los derechos políticos incorporando a los jóvenes desde los 16 años. Es una ampliación de derechos a nuestros jóvenes para que puedan hacer uso de una de las armas más importantes, la más importante: la democracia, el derecho a expresarse en las urnas".

Con la promulgación de la Ley 26.774, ¿quiénes están habilitados a votar?

Todos los argentinos mayores de 16 años o que cumplan los 16 años hasta el 27 de octubre de 2013, están habilitados a votar en las Elecciones 2013.
Esto significa que quienes tengan 15 años y cumplan los 16 hasta el mismo día en que se celebran las Elecciones Nacionales, serán incluidos en el padrón. De esta manera, podrán votar tanto en las Elecciones Primarias como en las Nacionales 2013.

Los jóvenes que incluye la nueva Ley, ¿tienen que realizar algún trámite para ser incorporados al padrón?

Quienes hayan realizado la renovación del DNI a los 16 añosNO deben hacer ningún trámite. Su incorporación al Padrón Electoral Nacional es automática.
Quienes no hayan realizado la renovación del DNI a los 16 añosDeben concurrir a las oficinas del Registro Civil antes de mediados de abril para efectuar tal renovación
Quienes cumplan 16 años hasta el 27 de octubre de 2013
Consultá aquí dónde renovar tu DNI:http://www.nuevodni.gov.ar/centros.htm

Taller El Buen vivir y la Etica de la función pública



El Buen vivir y la Etica de la función pública (relato de una experiencia)

El sábado 9 y el martes 12 de febrero los compañeros Citlali y David Hidrobo Unda - Miembro del equipo de la Secretaria Nacional de la Transparencia en la Gestión - Ecuador. Nos brindaron su experiencia en el proyecto de reforma del Estado desde los valores de sus servidores públicos llevado a cabo por el Presidente Correa.
 El taller abarcó el análisis de las políticas económicas, hasta integración de las culturas que componen el Ecuador, pasando por la coyuntura del Ecuador en el contexto de integración en la patria grande, los jóvenes, en especial la mujer y su rol en la revolución ciudadana.
Una de las primeras cuestiones que los compañeros  nos señalaron fue que desde la Secretaría se implemento el nombre de "Servidor público" a los empleados de la función pública, llamados comúnmente "funcionarios" públicos. Detalle no menor si tomamos a consideración el cambio de paradigma a través de la Ética como herramienta de cambio. Esta cambio de la función del "servidor" se corresponde entre otras acciones con un mejor trato para con los ciudadanos que solicitan atención. Amabilidad, respeto, solidaridad, hombres y mujeres desempeñando un rol al servicio de sus pares, son algunas de los valores a poner en juego.

El término "buen vivir" tiene una representación ampliamente considerable, proyectado desde los Pueblos Originales con cimientos en la relación humana. El trato entre las personas como herramienta de convivencia. En Ecuador se hablan 16 idiomas, y es uno de los pocos países Suramericanos donde la población original es mayoría por sobre el resto de los habitantes. Sin embargo, eran los que más sufrían el maltrato y el despojo a cuando se acercaban a un organismo del Estado hasta la llegada del presidente Correa. 
El equipo de la Secretaria Nacional de la Transparencia en la Gestión es un grupo de jóvenes de entre 25 a 40 años en dónde la convicción del trabajo en solidaridad, las obligaciones humanas y el ejemplo por sobre las palabras como impulsor del "buen vivir" se fusiona con el "hecho moral" de que la política y la ética son un complemento.














miércoles, 13 de febrero de 2013

Hombres de Templanza Suramericana Raúl Scalabrini Ortiz



Raúl Scalabrini Ortiz


Raúl Scalabrini Ortiz es un símbolo vivo de la inteligencia nacional. Dotado de talento literario, no fue ni un poeta, ni un historiador, ni un filósofo, ni un economista, pero supo congeniar, en la unidad ensimismada de la pasión, la poesía, la historia y la economía en una visión trascendente de la patria. Su obra tiene la potencia de un vislumbramiento. Y la imagen del país bajo la dominación extranjera, se aunó, en Scalabrini Ortiz, a la profecía de una Argentina rescatable por y para los argentinos. Raúl Scalabrini Ortiz es, por encima de todo, un ejemplo de la dignidad de la inteligencia nacional. Deshizo idolatrías, embaucamientos, espejismos, descarnó la verdad espectral de una Argentina subyugada y presagió la proeza más grande de un pueblo: su liberación nacional. Fue un escritor pero desdeñó a los escritores sin apego a la tierra. Con conciencia histórica entrañable amó a las masas más allá de las vanidades y conveniencias personales de la mayoría de los intelectuales, adheridos al sistema, esto es, indiferentes o al servicio de las fuerzas extranjeras destructoras que hicieron de la Argentina una factoría y no una nación afirmada en sí misma. En esta atmósfera bastarda de 1930 se elevó su voz de patriota. Silenciado, fue un anticipo y una iluminación. No tuvo prensa. Pero sus ideas prendieron en millares de argentinos y se amasaron con el pueblo. No cosechó aplausos. Pero hoy, ese pueblo —gigante colectivo como él lo llamó— lo sabe suyo y lo consagra con el nombre glorioso de patriota. Raúl Scalabrini Ortiz fue una pasión reconcentrada. Y nada grande se ha hecho sin pasión, sin esa fe en la tierra que es sacrificio y resistencia frente a las invisibles sujeciones externas que nos vedan construir el destino nacional. Fue una inteligencia clara en una época oscura, invalidada por fuerzas oscuras, acatada por personeros oscuros, mediatizada por intelectuales oscuros, por lacayos con fama. Raúl Scalabrini Ortiz, es por eso, la encarnación de la inteligencia nacional digna en medio de la indignidad del coloniaje. De un colonialismo que todo lo corrompe y desfigura. A ese poder de los centros de dominio mundial, Raúl Scalabrini Ortiz lo enfrentó canjeando con la certeza casi alucinada de su destino individual, la muerte en vida por la inmortalidad después de muerto. Eso fue y es Raúl Scalabrini Ortiz.

Raúl Scalabrini Ortiz luchó y pensó en una Argentina en la que la causa de sus males, tan grande era el poderío extranjero, yacía ignorada por los propios argentinos. Scalabrini Ortiz penetró en esa esfera de claudicaciones secretas y silencios culposos, en ese mundo de la enajenación del país al dominador ultramarino. Intuyó las raíces del drama nacional, verificó sospechas, anudó datos, y reveló al fin, con veracidad ilevantable, la trama de los hechos e infidelidades que hicieron del país una colonia británica sin luz propia. En todos sus escritos late un sentimiento de melancolía y, a un tiempo, de esperanza en el pueblo argentino. Jamás de de impotencia. Fe que Scalabrini Ortiz vio personificada en las masas nacionales sin nombre, que con Perón, habrían de ejecutar la hazaña colectiva de una Argentina manumitida de la opresión imperialista. En aquella atmósfera de agobio material y mental de la década infame, mostró los nudos de nuestra dependencia disimulados tras la fachada de una historia falsificada donde los vendidos eran proceres y los patriotas desterrados en su tierra argentina. Vio por eso, en el genio multitudinario del pueblo, la historia real, la historia viviente hecha por las masas depositarías y autoras de la grandeza nacional, pues son ellas, las masas, el instrumento de que se vale la Historia para alcanzar sus fines. De ahí la fuerza de ese proletariado que Scalabrini Ortiz describió en sus páginas famosas sobre el 17 de Octubre de 1945, que lo contó como a su testigo más ilustre. Y, también, por eso, Raúl Scalabrini Ortiz, hombre altivo y sin compromisos fáciles, vio en Perón la historia de las masas argentinas encarnadas en un grande hombre. Esto explica por qué la clase obrera designa en Raúl Scalabrini Ortiz a uno de los suyos. El pensamiento de los patriotas no muere. Vive y perdura en las masas nacionales. Los trabajadores por eso ven en Scalabrini Ortiz a un insigne intérprete de la conciencia nacional de los argentinos.

La revista Peronismo y Socialismo apareció en septiembre de 1973, dirigida por Hernández Arregui. Peronismo y Liberación salió a la calle en agosto de 1974, luego de la muerte de Perón, continúa la línea de Peronismo y Socialismo, solo que cambia de nombre. El discurso de Hernández Arregui, que se reproduce aquí, y otras notas sobre Scalabrini Ortiz aparecieron en Peronismo y Liberación Nº 1. Se accede a los contenidos y descarga de las revistas en pdf desde el sitio Ruinas Digitales, haciendo clic sobre cada una de las imágenes.

Raúl Scalabrini Ortiz estuvo sólo. Sin embargo, un verdadero escritor nacional nunca está solo. Su obra, inspirada en el pueblo, al pueblo vuelve. Y, tarde o temprano, la colectividad entera lo convierte en parte dolorosa y triunfante de la patria. De la patria a construir. Pues no hay patria sin soberanía nacional. Bajo el dominio extranjero la patria no es una categoría histórica inmóvil, sino lucha viva, desgarrada, permanente, por la liberación nacional. Hay dos patrias. La de los que la gozan, la prostituyen y la explotan. Y la de los que la padecen. La de Raúl Scalabrini Ortiz fue una patria padecida. Una patria oprimida. En esa patria negada por una minoría que la inmola a sus intereses de clase y, en contraposición, afirmada por el pueblo, Raúl Scalabrini Ortiz fue —lo repetimos— la dignidad de la inteligencia nacional. Y eso plantea el problema de los intelectuales en los países coloniales. En general, los intelectuales forman una capa social admitida y palmoteada mientras cortejen con su palabra o su silencio a la clase dirigente. En el caso argentino, y en la época de Scalabrini Ortiz, a la oligarquía terrateniente satélite de Gran Bretaña. Este es un fenómeno típico de todos los países dependientes, en los que la subordinación del país crea, a su vez, intelectuales subordinados a esa oligarquía, y en nuestros días, a los grupos económicos ligados, en particular en la Argentina, al imperialismo yanqui. O mejor, anglosajón. En tal orden, la “libertad” de la inteligencia es una ficción escandalosa, o sea, “libertad” para consentir en forma abierta o encubierta, la dependencia del exterior. Y en esto reside la traición de los intelectuales al país que sufre la opresión extranjera. No pueden hablar de libertad aquellos que dependen de diarios, revistas, cátedras pagadas directa o indirectamente por el colonialismo, y por ende, controlados por la censura oficial.

En los países coloniales —y la Argentina lo cual lucha como pueblo sin pedir un mendrugo de gloria. La mayoría de los intelectuales, esos que han logrado un nombre, se refugian en la abstención política, que es una forma del sometimiento. Tales intelectuales son parte del espectáculo colonial. Dígase cuanto se quiera, la realidad que circunda al intelectual es política y su silencio es político. El silencio de los intelectuales se llama traición al país. Para ellos, ser escritor es conseguir publicidad a costa de cualquier prevaricato. Por eso, en tanto masajistas del éxito social son no más que fugaces pasajeros de la fama. Y el pueblo los ignora. Hablan de libertad pero medran a la sombra del sistema que deroga la libertad del pueblo. Si los intelectuales se apartan de la política no es por superioridad sino por cobardía y adhesión tácita o expresa al colonialismo. Por eso tales intelectuales en los programas de radio o televisión, se expresan con palabras a medias, triviales, conformistas, alejadas de los problemas ardientes del país. La dependencia colonial no sólo es económica, es en su mediatización más innoble, colonización intelectual. Un intelectual que calla el horror y la vergüenza del colonialismo, es un mercenario que sirve a las potestades aciagas que paralizan al país. El intelectual que no usa sus conocimientos como militancia, de hecho acepta al régimen colonial que exige y paga la existencia de una inteligencia adicta. El valor de una obra se mide por su posición crítica frente a la época en que nace, por la postulación de los problemas que agitan a la comunidad, y esta misión de los intelectuales sólo es posible cuando se desafían sin renuncias a los poderes que velan, a través de las desfiguraciones del imperialismo y sus aliados nativos, los problemas nacionales irresueltos. En un país colonizado la labor del escritor es militancia política. De lo contrario es pura miseria de la inteligencia pura. ¿Cuándo la Universidad ha alzado su voz contra el colonialismo? ¿No prueba esto que la Universidad, antes que templo del saber, es el asilo de la cultura colonial? O sea, de la invasión mental desfuerzas extrañas a lo propio. ¿Cuándo los escritores argentinos agremiados en la SADE han denunciado la entrega del país, los fusilamientos de 1956, las torturas, las proscripciones políticas de millones de argentinos? ¿Cuándo? Los trabajadores hacen bien en desconfiar de esa “inteligencia” argentina que no osa decir su nombre mientras el país se debate en la violencia, en la lucha por la liberación nacional.


Mas, junto a estos escritores hay otros. Una minoría que, en rigor, representa a las mayorías nacionales sin libros pero con conciencia de la patria avasallada. Son intelectuales que no se resignan ante el estado de cosas establecido, y muestran tanto los mecanismos y las lacras pestíferas de la servidumbre colonial como el papel subalterno del la inteligencia culpable. De esos intelectuales que mientras el pueblo lucha en las fábricas, en las calles, aparecen en las pantallas de televisión, y del este modo, lo sepan o no, son parle de los avisos comerciales, el lado culto de la servidumbre cultural al imperialismo.

Los escritores auténticos saben soportar el silencio y prefieren darle formas de ideas a las intuiciones y heroísmos colectivos convirtiéndose así en testigos y actores de la época que les toca vivir. A esta raza de escritores nacionales perteneció Raúl Scalabrini Ortiz, prototipo del intelectual que hizo del pensamiento argentino militancia política y no de la política algo negable por una inteligencia amordazada. Así se realizó Raúl Scalabrini Ortiz

El 10 de junio de 1944, el coronel Perón pronunció en la Universidad de La Plata la conferencia inaugural en la Cátedra de Defensa Nacional de aquella casa de estudios. Finalizada la disertación se trasladó al balneario del Jockey Club, en Punta Lara, donde se le ofrecería un banquete; lo hizo en compañía del mayor Fernando Estrada (subsecretario de Trabajo y Previsión) de Raúl Scalabrini Ortiz y de los jóvenes dirigentes de FORJA, doctores Rene Saúl Orsi y Miguel, López Francés. La presencia de Scalabrini y demás militantes forjistas se explica, ya que FORJA fue la primera agrupación política de jerarquía nacional que se solidarizó con la orientación económico-social impresa por el coronel Perón al gobierno constituido en junio de 1943.

Durante la reunión —de la cual participaron alrededor de cincuenta personas, entre ellas, los generales Reynolds y Perlinger, el brigadier Zuloaga y los doctores Baldrich y Labougle— el coronel Perón habló extensamente con Orsi y López Francés, exponiendo con la precisión y brillo conocidos la tesitura de su política. En esas circunstancias, Scalabrini le hizo llegar por intermedio de Orsi un breve mensaje escrito en la tarjeta de invitación al banquete. “Coronel: le vamos a pedir los trencitos”, decía, ratificando así una de las demandas esenciales del pueblo argentino toda vez que la recuperación de los medios de comunicación por el estado constituía uno de los principales objetivos de la lucha por la emancipación nacional

Leyó Perón el mensaje y, en seguida, apartándose del grupo, se acercó a Scalabrini para manifestarle personalmente que si se superaban con éxito las dificultades de todo orden que obstruían el desarrollo del movimiento político-social en gestación, una de las primeras medidas a adoptarse sería la compra de los ferrocarriles.
Perón cumplió, y el 1º de marzo de 1948 cuando el gobierno justicialista tomó posesión de todos los ferrocarriles nacionales, Scalabrini Ortiz fue invitado por el presidente de la república a concurrir a la ceremonia oficial. Honraba Perón así al hombre que había servido al país, con su clara inteligencia, al desvirtuar una de las mentiras más finamente urdidas por la extranjería. como escritor y como hombre, es decir, como argentino total. No aceptó la neutralidad de la inteligencia. Luchó sin lamentaciones contra la montaña de falseamientos y cancelaciones canallas de la antipatria. Y aquí debo tocar, aunque más no sea de paso, un hecho en la vida de Raúl Scalabrini Ortiz. Como todo gran patriota fue calumniado y odiado por los personeros de la entrega, por el liberalismo colonial aliado a Gran Bretaña, y por la izquierda extranjerizante que lo acusó de “nazi”, justamente a este defensor de las masas proletarias postergadas y de la soberanía nacional profanada por la oligarquía y el imperialismo. Pero una infamia aún más inicua rozó a Raúl Scalabrini Ortiz. Al caer Perón, bajo la instigación directa de Rogelio Frigerio y Arturo Frondizi se intentó apañar con su nombre la entrega del petróleo. No podemos hacer aquí la historia de esta operación fría, imperdonable y cruel. Pero ayer, en un diario de esta capital, se insiste en esta infamia. Sólo diremos en este acto, que por solemne exige la verdad, que para usufructuar el nombre de Raúl Scalabrini Ortiz, se adulteraron los contratos con las compañías norteamericanas presentándolos como favorables al interés nacional. Raúl Scalabrini Ortiz retrocedió a tiempo y permaneció incorruptible ante su pueblo. Pero la amargura de esta operación perversa fraguada por quienes se dijeron sus amigos, lo acompañó hasta la tumba, y quedará como un estigma irredimible en la conciencia de los culpables. Y finalmente, condenado a vivir en la sombra, Raúl Scalabrini Ortiz alumbró toda una época.
Raúl Scalabrini Ortiz pronosticó sobre las piltrafas áureas de la Argentina colonial, el porvenir de la Argentina liberada y su efectuación histórica en la actividad de las grandes masas nacionales. Eso fue Raúl Scalabrini Ortiz. Por eso, repetimos, es un símbolo vivo de la inteligencia nacional.

Por Juan José Hernández Arregui


Este texto inédito corresponde a las palabras dichas por Juan José Hernández Arregui en oportunidad de recordarse a Raúl Scalabrini Ortiz, en el año 1972, en la Recoleta, durante la dictadura militar de A. Lanusse.
[Publicado en Peronismo y Liberación Nº 1, agosto 1974]
www.elortiba.net

viernes, 1 de febrero de 2013

Nicolás Doljanin Compañero de La Cámpora San Telmo premio Casa de las Américas


El Nico, compañero, amigo, formador ideógico de los hombres y mujeres de La Cámpora San Telmo, Templanza Suramericana, acaba de recibir el premio Casa de las Américas!!
Desde nuestra militancia de Base el mas profundo y amoroso abrazo compañero!! nadie mas que nosotros sabemos todo lo que haces por el proyecto nacional, y cuan merecido tenes este reconocimiento!

Las Mujeres y Hombres de Templanza Suramericana!